lunes, 5 de septiembre de 2016

Donde hay dos, no hay espacio para alguien más

Un día salió a caminar, era de madrugada, casi las 3am, ella se preguntaba si él pensaba en ella, o si estaba soñando con ella, ella quería que él la amara, tanto como ella lo sentía, su amor fue creciendo un día, al principio lo negaba, lo quería sacar de su cabeza, se decía a sí misma que no debía, muy a parte de que su amor no era correspondido, muy a parte de que era su mejor amiga a quien traicionaba, bueno, al menos ella la consideraba como una gran amiga, y las amigas no se traicionan, no se quitan al chico que le gusta.


Ella se sentía bien y mal al mismo tiempo, se sentía bien porque no había experimentado un sentimiento tan bonito y se sentía mal porque su amor no era correspondido.
La soledad le amargaba, verlos juntos le dolía, ella sabía que era mucho mejor para él, es que tienen tanto en común, pero él quiere a esa chica, él la ha amado desde hace un tiempo, la ha perseguido y buscado, lo ha hecho por esa niña.


A ella le ilusionan los chicos románticos, los que persiguen a una sola mujer, carismáticos y gentiles, que sonríen siempre, y que sueñan a veces, chicos reales pero de gran corazón, a ella le gusta él, ¿le ama? no está segura, pero no lo quiere averiguar, ella quiere que sean felices...

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